La Semarnat está facilitando dos proyectos que pretenden construir y ampliar muelles para recibir megacruceros en las playas de La Paz y Cozumel, los cuales tienen un impacto directo en la biodiversidad, comprometen la economía local y despojan a las comunidades de sus accesos públicos al mar.
A las afueras de la sede de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del Gobierno de la República, diversos colectivos y comunidades provenientes de La Paz, Baja California Sur, y de Cozumel, en Quintana Roo, hicieron un llamado público ante las amenazas que representan los megacruceros para los ecosistemas de ambos territorios costeros.
Vestidos de diferentes especies marinas, las y los miembros de los colectivos intervinieron los entornos de las instalaciones de Semarnat con mensajes que invitan a las autoridades ambientales a “hacer su trabajo y cumplir las leyes ambientales”.
La manifestación concluyó con el intento de entrega de un “soborno” de 25 mil pesos a manera de “incentivo” para que la autoridad cumpla con sus responsabilidades legales y administrativas, las cuales incluyen defender la biodiversidad de los océanos mexicanos ante las amenazas de la industria del turismo masivo.
El representante de la Semarnat que recibió a las y los manifestantes, se negó a recibir el dinero recolectado por el colectivo y les indicó
que el efectivo se debe entregar con “previa cita directamente a la Dirección General de Impactos y Riesgos Ambientales”, misma que avaló graves omisiones en el proceso de aprobación de Manifestación de Impacto Ambiental del cuarto muelle de cruceros en Cozumel.
El dinero fue recaudado durante colectas públicas que se llevaron a cabo las pasadas tres semanas en ambas ciudades amenazadas por los megacruceros. En rueda de prensa, Miriam Moreno, vocera del movimiento #SobernemosSemarnat, declaró:
“Normalmente los sobornos se ofrecen para evadir y violar la ley. En nuestro caso, preferimos ofrecer este ‘estímulo procurado por el pueblo bueno’ para que la ley se cumpla. Rechazamos toda forma de corrupción, pero la urgencia nos movió a actuar e imaginar otras vías a nuestro alcance para defender la vitalidad de los océanos y sus sistemas de vida”.